sábado, 3 de julio de 2010

Y apagar los móviles.

Ayer casi me mato.
Cada día estoy más convencido de que moriré por culpa de alguien que se salte un ceda el paso o un semáforo. Resulta que ayer sucedió eso mismo, pero con unos providenciales 6 metros entre el coche infractor y yo. El muy desgraciado se me cruzó en mitad del trayecto y tuve que pegar un frenazo brusquísimo. El tipo debió darse cuenta de la cagada (o así lo espero) y le salieron alas, desapareciendo en dirección autovía.

Estas cosas le hacen pensar a uno.
Es decir, no importa lo bien que llegues a conducir (o a cruzar la calle, vamos, que da igual), siempre estarás a merced de la estupidez de un borracho, de un loco peligroso o de, sencillamente, de un ''empanao'' que lo hace porque su intelecto no da para más.
O, como en el caso de anoche, posiblemente, porque le parece una idea genial ponerse a conducir por la ciudad como un loco pegando pitidos y gritando porque un equipo compuesto por españoles ha ganado un partido en un país del que ellos no tenían ni idea de su existencia hasta que se anunció el mundial.

Me da mucha rabia, joder, no quiero que me metan el tema de la roja por todos los medios de comunicación. Que se ponen hasta a repartir propaganda por la calle. ¡Que no me da la gana, cojones! Que quiero vivir tranquilo, que me irrita que por que una selección de fútbol haya ganado una mierda de partido, un puñado de gentuza se dedique a emborracharse, armar follón hasta las 6 de la mañana, mear en las calles, tirar papel higiénico por todos lados y gritarte cosas cuando pasas por su lado. Es vuestra puta afición, llevadla con respeto hacia los demás. Yo no le jodo la noche a nadie cuando me pongo a dibujar o a leer. No ensucio el medio en el que vivo cuando me voy de excursión o de viaje.

Bueno, ahora releo el cabreómetro y veo que ha ido subiendo conforme los párrafos iban pasando, pues ya está.



La solución: Largarse y apagar los móviles.





0 radiofaros:

Publicar un comentario