Sólo podía sentarme y estudiar la cosmología oculta en las sombras de mi habitación mientras me sonaba la nariz, hasta que decidí (a pesar de que me propuse no hacerlo tan a menudo) insuflar corticoides en mis deteriorados bronquios y bronquiolos.No puedo más que maldecir los sucesivos años que dejé pasar sin visitar al alergólogo para que me saturase el brazo de muestras y averiguar exactamente qué planta me provoca tan desagradables ataques.
Tras inhalar de ese pequeño tubo lleno de gas frío y de mal sabor, la parte de mi cerebro que funcionaba informó de que los conductos habíanse dilatado, y por primera vez en muchas horas, inhalé aire puro sin impedimentos, y mi sueño vino, mecánico e instantáneo. Pero el daño ya estaba hecho. ¿El resultado? Me quedé dormido, y no fui a la facultad, la cual por cierto, como sigan excavando, van a despertar algo maligno y antiguo en las profundidades.
Como colofón, esta mañana, tras aparcar el coche, como un recordatorio de la horrenda y kafkiana noche, una vez apagado el motor oí un ruido, rítmico, continuado. Llamadme loco si queréis, pero a mí el ruido me recordaba los latidos de un corazón (y no eran los del mío).
Recorrí el coche entero, a pesar de que no es demasiado grande que digamos, y descubrí que los latidos se oían más fuertes cerca del suelo.
Os juro que no he matado a nadie (por ahora) y que, de hacerlo, jamás se me ocurriría ocultar el cuerpo del delito en los bajos de mi coche. Puede que sea un monstruo, pero soy frágil.
2 radiofaros:
Yo por si acaso toco madera, de todas formas ya tengo dos inhaladores, uno de respeto y otro de emergencias (Fail Safe)
¿Cómo van esos exámenes?
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