No, no me refiero al colapso de coches parados con guarnición de autobús.
Tampoco me refiero al ''Ovni'' de arriba a la derecha (es el reflejo del cuadro de mandos en el cristal, lo siento, como fotógrafo también soy bastante patoso).
Lo que me llamó la atención de lo que vi fue la cantidad de casas que invadían esa loma que se distingue al fondo.
Bien es verdad que el tiempo pasa rapidísimo y que cuando yo llegué a estos lares, allá por el año 1994, yo tenía la tierna edad de 10 añitos y el tiempo es lo único que emborrona las cosas. Pero sí recuerdo muy bien lo salvaje que era aquello... Que esa loma era completamente virgen y que había bosques, laderas, incluso cabras y otras animales. Hace 15 años, aquello era completamente salvaje.
Y miradlo ahora, víctima de la especulación inmobiliaria y objeto de personas cuya obsesión por jugar a las casitas no tiene límites, o no los conoce demasiado bien.
Supongo que no queda más que resignarse. Es un proceso ''natural'' en una ciudad expandirse sin parar hasta ser detenido por las fronteras orográficas (Que en el caso de Granada, son muchas), y que pronto los pueblos del extrarradio dejarán de ser pueblos y se convertirán en barrios granadinos.
No sé si he conseguido transmitir lo que sentí al ver esas casas, esa edificación frenética, pero bueno, no se puede decir que no lo haya intentado.
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